viernes, 13 de noviembre de 2015

Entre la espada y la pared.

Estoy empezando a no ver la salida de esto, a verlo todo gris y a solo pensar en cuándo terminará todo. Dueles igual que el primer día, creo que incluso algo más. Lo que más me asusta es que ya no puedo controlarlo ni reprimirlo y aunque sé que no está bien vuelvo a buscar consuelo en labios ajenos pero nunca serán los tuyos. Sigo esperando tu reacción en la reacción de otro, tu sonrisa en la de otro e incluso también tu amor en otro amor que es inexistente. Espero que siga quedando en alguna parte algo de nosotros y que no se desvanezca. Espero todavía que las cosas cambien, pero para que vuelvan a ser como antes. Dicen que un cambio lleva a otro cambio, pues a ver si es verdad, si cambiamos los dos, a ver si volvemos a ser los de antes y a querernos como hace no mucho solíamos hacerlo. Entregándolo todo y siendo los dos uno solo. Porque eso es lo que hace la gente que se quiere de verdad, dejar pasar lo malo esperando y confiando en que llegue lo bueno para volver a mostrar esos sentimientos. A pesar de que no te tengo aún no lo he asimilado, es como si nunca te hubieras ido, como si nada hubiese cambiado y siguieses aquí. Muchas veces te sueño... Otras solo te pienso pero, aún así, sigues siendo lo mejor que "tengo".

domingo, 8 de noviembre de 2015

Pasado

Y mírame, me estoy echando de menos. Estoy en el parque con un mechero calentando las manos. Estoy con colegas  contando que te he pedido, que ahora vas con otros y de mí te has olvidado. Estoy en mi cuarto tirando los recuerdos, al fin y al cabo no volvimos a vernos. Estoy en mi cuarto con mi foto tirándole dardos, hablan los fantasmas del pasado y yo haciendo oídos sordos. ¿No lo recuerdas? Roma todavía guarda nuestro aroma, Berlín nos añora y Madrid muriendo de pena. Nena, vuelvo a casa al borde del coma. A veces te pienso y quiero que te vaya de fábula. Y a menudo deambulas por mi mente, espero que estés estudiando y que, a veces, de mí te acuerdes. Estoy sentado en la hoguera quemando los siempres, tan lejos y tan cerca como enero y diciembre. Sabes que me rallo solo y yo solo me derrumbo. Hoy mi vida huele a lluvia como las calles de Edimburgo. Sé que moriré solo y no importa, yo me apaño, que también guardo sonrisas detrás de fruncir el ceño. Y acabé a hostias con el puto amor, escondiendo mierdas y recuerdos en el fondo del cajón. Renunciando a promesas y a no creerme el perdón, cerrando cicatrices, abriendo y bebiendo el ron. Y no es cosa de gustar, es cosa de una vida y recordar, son cosas de pensar y de perder, de caminar y sentarnos frente al mar, de marcharme y no volver, de que ahora, de que ahora corras tú sola y yo sonreír al pensar que creces. Por si te lo preguntas, sigo siendo el de siempre, nada me ha cambiado, soy un puto desastre. Sigo siendo un vago, un cabezón impertinente, siempre fuimos diferentes, distintos a la gente. Y parece que Barcelona se nos ha quedado lejos, hace tiempo que no reconozco al chavalito del espejo. Hace tiempo que me miro y me escuecen los ojos, hace tiempo que el chico bueno dejó de ser tan majo. Y a veces pienso en mí y no hago más que jalar techo. De tanto pensar en mí acabo siempre borracho. En cuanto vea la oportunidad de irme, me marcho. Ya me contaron que quitaste nuestras fotos del corcho. Necesito volver a encontrarme, es cierto que ha estado bien pero no logro acostumbrarme. Mejor no lo intentes porque no vas a entenderme. Siempre fuimos raros y eso nos hizo especiales. Si te soy sincero, no creo que te acuerdes, tampoco creo que me pienses y mucho menos que te jodiera perderme. Te juro que hubo un momento en que sí que creía en los siempres. Y, a veces, veo nuestras fotos en los cajones, a veces te distingo entre el sonido de las mejores canciones. Suelo mirar sonriendo aquellas entradas de cine, sigo viendo nuestra iglesia pensando que un día iré. Siempre has sido especial, no me pidas que te guarde. De tanto querer querernos se nos hizo tarde. El frío del invierno me pone a prueba en el parque. Mira las estrellas, solo tú sabes por qué.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Some day

Todo es distinto desde que no estás, y ya no es solo todo lo relativo a ti, sino todo lo demás. He intentado olvidarte de todas las formas posibles, créelo. Tú pareces también estar olvidando, espero que así sea porque en realidad sé que es lo mejor para los dos. Por otra parte, no quiero que me olvides. Me niego a pensar que algún día puedan mencionarte mi nombre y que no recuerdes ni quién soy ni toda nuestra historia. Todo esto es igual que morir de la forma más lenta posible. Bueno, es peor porque cada día me siento más muerta y vacía pero nunca acabo de morirme ni de vaciar mi mente de todos los recuerdos. Sé que algún día podré pensar en ti y sonreír, sin que duela. Preguntarme qué tal estás e incluso preguntártelo a ti, que me cuentes que eres feliz, que estás con otra chica, que has rehecho tu vida... Puede que algún día sea capaz de pensar en ti de una forma totalmente diferente a como te pienso ahora... Y eso es, quizás, lo que más miedo me da.