martes, 26 de mayo de 2015

Comprendí

Crecí con gente que ya no está aquí, bebí de sueños que no sé si los podré cumplir. Toqué las nubes aquel día en el que te toqué a ti, estuve hecho mierda al día siguiente, después de salir. Dibujé sonrisas donde solo hay llantos, me inventé finales para tristes cuentos. Aprendí que hay cosas que no son pa tanto, comprendí lo duro que, a veces, es esto. Aprendí a volar sobre sus insultos, aprendí a caer pero me curó el tiempo. Estuve sangrando y me costó fingir que todo iba bien, muy bien en dirección al viento. Soy solo agua que se secará, soy solo polvo que se esparcirá. Entonces, dime, ¿por qué no disfrutar si al final nos vamos todos a marchar? Hay días en los que no sé qué hacer, adicto al café como lo fui a su piel. Hay días en los que quiero cambiar pero llega el viernes y sigo en el bar...  Noto como me distancio más del resto, no soy un cabrón pero tampoco un santo. Cada vez me cuesta más decir "lo siento", por mucho que duela nunca suelto un llanto. Supongo que nos pasa a todos, perdernos sin ni saber a dónde estamos yendo. Seguro que no estamos solos, seguro que nos inventamos muchos de los miedos. Viajé por tierra sin querer volver, sentí la morriña cuando ya no iba todo tan bien. Salí de mí y me peleé, y me arrepentí pero, por suerte, ya rectifiqué. Me despedí pa siempre de amigos, vinieron otros con los que hoy para siempre sigo. Vi cosas que nunca podré olvidar, vi las manos en su cuello y niños entre lágrimas. Me perdí por calles lejos de mi hogar, vi como sintechos compartieron conmigo su pan. Tuve paranoias hasta medicarme, me costó lo suyo, luché para ver la realidad. No sé si lo conseguí, a veces vuelven las voces pero yo vuelvo a ponerles fin. Mamá, lo hice por ti. El horizonte queda lejos pero tú ya me verás allí. Cambié por blog el atril pero siguen las notas de la música dentro de mí. No quiero llantos, quiero que haya fiesta en mi despedida. Noto como me distancio más del resto, no soy un cabrón pero tampoco un santo. Cada vez me cuesta más decir lo siento, por mucho que duela nunca suelto un llanto. Noto como me distancio más del resto, no soy un cabrón pero tampoco un santo. Cada vez me cuesta más decir lo siento, por mucho que duela nunca suelto un llanto.

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