A veces cuesta darse cuenta de las cosas. Ya puede ser darse cuenta de que estás haciendo algo mal, de que debes cambiar algo o de que quieres a una persona. Hay personas enamoradas, más de las que pensamos. Casi todo el mundo tiene a alguien especial en su cabeza aunque a muchos, por diversas razones, les de miedo expresarlo. Pero merece la pena sacarlo a la luz porque cuando confiesas tu amor hacia una persona y esa persona siente exactamente lo mismo es lo mejor que puede pasarles a ambas. Es una sensación de plenitud, de satisfacción, de seguridad... Es amor. Y el amor siempre es la mejor opción. Para darse cuenta de que quieres a alguien basta con pensar en esa persona y en los recuerdos que te vienen a la cabeza cuando la recuerdas. Simplemente se sabe. Yo tengo la suerte de haber experimentado esa sensación y sigue siendo la mejor. Me atrevo a decir que nunca voy a cansarme. Que es esto lo que quiero hoy y siempre. Lo que me hace realmente feliz y eso es lo que cuenta. Pensando en el futuro me imagino despertando contigo, admirándote mientras duermes porque estás tan precioso dormido... Criando a nuestros hijos, queriéndonos, cocinando juntos, queriéndonos, yendo al cine, queriéndonos otra vez... Cuando quieres a alguien lo sabes. Nada ni nadie es capaz de hacerte cambiar de opinión porque el amor es mucho más que simples palabras. El amor es cada beso, cada detalle, cada muestra... No quiero que esto acabe nunca, ni siquiera puedo imaginármelo. Es tan horrible que no lo soporto. Nunca había estado tan segura de algo en mi vida como ahora lo estoy de que daría mi vida por ti, de que nunca he sentido esto por nadie y de que tampoco quiero sentirlo, de que eres tú o nadie. Por eso te echo de menos un minuto después de haberte perdido de vista, por eso pienso en ti todo el tiempo y cada cosa de cada sitio me recuerda a ti. Por eso estoy tan segura de que te quiero, porque eres el chico de mi vida.
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